¿Se desvanece la memoria,
tradiciones y costumbres sobre las plantas medicinales en mi familia a raíz del
cambiante contexto sociocultural?
“Las plantas interfieren en la
historia política y moral del hombre; si ciertamente la historia de los objetos
naturales sólo se puede considerar como una descripción de la naturaleza, no es menos cierto-según
la definición de un pensador profundo- los mismos cambios de la naturaleza
adquieren un carácter legítimamente histórico si ejercen influencia sobre los
acontecimientos humanos.” Humboldt y bonpland ideas para una geografía de las
plantas. 1803
La naturaleza tiene una fuerte relación con el
hombre por motivos tan poderosos como el simple hecho de dar continuidad a la
vida humana en este planeta pues finalmente el hombre necesita de la naturaleza
y no la naturaleza del hombre, sin embargo la relación se complejiza al hacer
parte también de una relación política,
social, cultural, económica donde las mismas plantas, se hacen testigo del cambio, no solo testigo
sino un elemento importante en el proceso cambiante.
Desde la colonización podemos hablar de un
sincretismo cultural y una participación de las plantas con un registro
histórico conocido como parte de la
expedición científica europea a mediados del siglo XVIII sobre el nuevo mundo,
la real expedición botánica dirigida por
José Celestino Mutis con el fin de registrar toda la fauna y flora y que
además permitió a esta expedición conocer a través de las plantas las
comunidades existentes en los sitios de visita e incluso emitir juicios sobre
su constitución política y social ubicando en la escala social más baja a los
indígenas y negros como algunos de sus diarios lo confirmaron.
Con lo dicho anteriormente es evidente demostrar
que las plantas hacen parte de los procesos históricos de muchas maneras y
acercándonos al presente podemos mencionar el cambio en los procesos de
cultivo, en la agricultura que marcan un ritmo acelerado propio de la sociedad
actual donde todo exige una maduración más rápida, una producción mayor digna
de la creciente y vertiginosa vida humana y sus exigencias actuales
provenientes de un consumismo excesivo donde la producción y el uso son uno de
los pilares capitalistas más importantes. Otro vivo ejemplo de esto es el
manejo actual de las semillas con las patentes que afectan el libre tránsito,
cultivo y reproducción de la semilla nativa, con la resolución 970 del 2010 del ICA tal como lo mencionó hace algunos días la
representante del polo Alba Luz Pinilla “Y donde quedan las semillas
nativas” se ha generado una expropiación
de lo que le pertenecía a todos y
directamente al campesino y al
indígena.
Todo lo
anteriormente dicho para adentrarme en un tema un poco más personal acerca del conocimiento de las plantas medicinales, un
conocimiento tradicional, que actualmente con tono despectivo le llaman
menjurjes y que para muchos ha perdido valor gracias al desplazamiento provocado
por la medicina aprobada por la ciencia y producida sintética-mente por la rama
de la farmacología, es decir que lo que no tiene una comprobación científica no
existe.
Sin embargo y a través de los hechos, de la
tradición se puede confirmar que en las plantas hay un poder curativo
maravilloso que incluso otras ramas de la medicina han aprovechado de alguna
manera para la producción de sus medicamentos.
Cuando
recuerdo los momentos con mi familia desde mi niñez, las texturas y los olores
se hacen presentes, las plantas recobran vida a través de remedios elaborados
por mi mamá, por mi abuela, algunos desagradables que me obligaban a consumir
con el fin de curar mi enfermedad, una enfermedad que padecí por varios años y
que le puedo agradecer a la naturaleza en gran parte su curación.
Mi abuela transmitió el conocimiento a sus hijas
quienes por tradición y buenas costumbres debieron transmitir a sus hijos, pero
no ha sido así del todo y va quedando un vacío donde alguna vez existió un conocimiento antiquísimo y maravilloso que ha sido heredado de generación en
generación.
Hay cierto desvanecimiento en la transferencia de dicho conocimiento y cierto
desinterés o enajenación que va borrando
el rastro de las plantas en la memoria colectiva de una familia.
Como todo vacío, todo espacio en la naturaleza es
llenado de alguna otra manera por otra
información.
Desde la experiencia es posible descifrar algunos
motivos de esto, uno de ellos y se podría decir de los más importantes es el
cambiante estilo de vida. Dos o tres generaciones anteriores en mi familia son
dignas representantes de las personas del campo, que trabajaban la tierra, que
curaban enfermedades con las plantas, que eran parteras del pueblo, que el sostén
para todos los integrantes de la familia provenía del trabajo directo con la
tierra, en la finca, en la hacienda, en el monte y que con el pasar del tiempo
han sido engullidos por la selva de cemento que lleva consigo un nuevo estilo
de vida, donde hay mayor participación de lo sintético y donde se representa un
estilo de vida volcado más a lo artificial donde el paisaje se observa desde la
ventana en la lejanía y es visitado en días de feria para descansar del
bullicio. Este modo de vida aleja de
cierta manera la tierra, la naturaleza y por lo tanto las plantas, aquellas
testigos que cuentan una historia que cambia en el contexto, en el pasar del
tiempo, en el ideal y modo de vida del hombre que traza un camino que se aleja
de algunas cosas para acercarse a otras.
En todo este proceso cambiante en términos socio económicos se hace presente la idea de homogenizar las cosas para sacar
más provecho entonces todos estamos en el sistema de salud actual, debemos
consumir las medicinas suministradas por el sistema y nada más, consideramos
que esto apoya el desvanecimiento de la medicina a través de la planta.
Esta situación es de gran interés para mí pues
hay una ruptura en este desvanecimiento
de la tradición actualmente y es evidente un gran interés en mi madre
por rescatar esta tradición con un deseo ferviente y una fe absoluta en que las
plantas llevan consigo la solución a muchas enfermedades por no decir todas.
"Anteriormente había mas contacto con las plantas. Yo recuerdo que mi mamá para cualquier afección nos hacía un remedio con plantas. Claro uno vivía en el campo y era mas fácil, ahora solo se ve cemento y fabricas, la gente solo toma acetaminofen".
Gloria Inés Osorio.
Hay espacios en los que mi mamá y mi familia procuran una cercanía con las plantas medicinales. El patio es uno de estos espacios con plantas como la coca, el limoncillo, la sabila y otras que son usadas de manera cotidiana para realizar remedios caseros.
"Sobre este patio no vamos a construir. Como hacen de falta las plantas" Gloria Inés Osorio.
Espacios verdes de mi casa.
Coca
Plantas medicinales como el paico, saúco, manzanilla, calendula, coca, sabila, limón, toronjil, tomillo, limoncillo, eucalipto entre otras han acompañado la tradición familiar.
Marco histórico.
"Anteriormente había mas contacto con las plantas. Yo recuerdo que mi mamá para cualquier afección nos hacía un remedio con plantas. Claro uno vivía en el campo y era mas fácil, ahora solo se ve cemento y fabricas, la gente solo toma acetaminofen".
Gloria Inés Osorio.
Hay espacios en los que mi mamá y mi familia procuran una cercanía con las plantas medicinales. El patio es uno de estos espacios con plantas como la coca, el limoncillo, la sabila y otras que son usadas de manera cotidiana para realizar remedios caseros.
"Sobre este patio no vamos a construir. Como hacen de falta las plantas" Gloria Inés Osorio.
Espacios verdes de mi casa.
Coca
Plantas medicinales como el paico, saúco, manzanilla, calendula, coca, sabila, limón, toronjil, tomillo, limoncillo, eucalipto entre otras han acompañado la tradición familiar.
Marco histórico.
Bisabuela: Trinidad Gil: Nace en 1906 Chinchiná Caldas.
Abuela: Celmira Gómez Gil: Nace en 1939 en el bajo Español
Mamá: Gloria Inés Osorio Gómez: Nace en
el año 1961 en Chinchiná Caldas.
Historia desde 1906 al 2016 son
110 años.
Bisabuela Trinidad Gil. Vivía en
el Bajo Español vereda de Caldas crece su hija Celmira junto a sus hermanos en
este sitio. Después de esto se fueron a
vivir en Chinchiná Caldas en ese entonces un pueblo. Mi abuela se compromete a
sus 14 años matrimonio en el que tiene 4 hijos y aproximadamente 8 años después
aproximadamente en el año 1961 viajan a Pereira Risaralda, luego al Dovio Valle
del Cauca, después a la ciudad de Cali
donde viven por algunos años hasta que se ubican en el municipio de Yumbo
departamento Valle del Cauca.
Se evidencia una transición del
campo a la ciudad y finalmente el viaje finaliza en una zona reconocida por su aporte industrial lo que permite evidenciar como este momento nómada en mi familia genera un cambio en el contexto cultural en relación a las plantas donde el contacto cercano y directo se esfuma a través de cada viaje lo que evidencia una transición importante y una perdida, un vacío.
También es importante mencionar nuevamente a modo de conclusión que podemos a través de las plantas reflejar un cambio en el contexto económico que desencadena en el campo sociocultural con factores como la industria,el manejo de las semillas, el modelo económico, el trato de las plantas y la perdida de espacio verde con fines e industriales.
También es importante mencionar nuevamente a modo de conclusión que podemos a través de las plantas reflejar un cambio en el contexto económico que desencadena en el campo sociocultural con factores como la industria,el manejo de las semillas, el modelo económico, el trato de las plantas y la perdida de espacio verde con fines e industriales.
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